María de las Mercedes Barbudo

María de las Mercedes Barbudo (1773 – 17 de febrero de 1849) fue una activista política puertorriqueña, la primera mujer independentista en la isla y una “luchadora por la libertad”. En ese momento, el movimiento independentista puertorriqueño tenía vínculos con los rebeldes venezolanos liderados por Simón Bolívar.

Primeros años
Barbudo (nombre de nacimiento: María de las Mercedes Barbudo y Coronado) era uno de los cuatro hermanos nacidos en San Juan, la capital de Puerto Rico, de padre español, Domingo Barbudo, y madre puertorriqueña, Belén Coronado. Su padre era oficial del ejército español. Los beneficios de ser hija de un oficial militar eran que podía permitirse el lujo de obtener una educación y comprar libros. Fue una de las pocas mujeres en la isla que aprendió a leer porque en ese momento, las únicas personas que tenían acceso a las bibliotecas y podían permitirse el lujo de comprar libros eran funcionarios del gobierno español o terratenientes adinerados. Los pobres dependían de la narración oral, en lo que tradicionalmente se conoce en Puerto Rico como Coplas y Décimas. Con una buena educación, Barbudo se interesó por la política y el activismo social.

Activista político
De joven, Barbudo fundó una tienda de artículos de costura en San Juan, especializándose en la venta de botones, hilos y ropa. Con el tiempo tuvo éxito como proveedora de préstamos personales. Trató comercialmente con Joaquín Power y Morgan, un inmigrante que llegó a Puerto Rico como representante de la Compañía de Asiento de Negros, que regulaba la trata de esclavos en la isla.

Barbudo se movía en círculos destacados, que incluían ciudadanos notables como el capitán Ramón Power y Giralt (hijo de Joaquín), el obispo Juan Alejo de Arizmendi y el artista José Campeche. Tenía una mentalidad liberal y, como tal, solía reunirse con intelectuales en su casa. Discutieron la situación política, social y económica de Puerto Rico y del Imperio español en general, y propusieron soluciones para mejorar el bienestar del pueblo.

Simón Bolívar y el general de brigada Antonio Valero de Bernabé, conocido como “El Libertador de Puerto Rico”, soñaban con crear una América Latina unificada, incluyendo a Puerto Rico y Cuba. Barbudo se inspiró en Bolívar; apoyó la idea de la independencia de la isla y se enteró de que Bolívar esperaba establecer una federación al estilo estadounidense entre todas las repúblicas recién independizadas de América Latina. También quería promover los derechos individuales. Se hizo amiga y escribió a muchos revolucionarios venezolanos, entre ellos José María Rojas, con quien mantenía correspondencia regular. También recibió revistas y periódicos de Venezuela que defendían los ideales de Bolívar.

Detenido sin derecho a fianza ni juicio

Sitio Histórico Nacional de San Juan “Castillo (Fuerte) de San Cristóbal”
Las autoridades españolas en Puerto Rico bajo el gobernador Miguel de la Torre sospechaban de la correspondencia entre Barbudo y las facciones rebeldes venezolanas. Agentes secretos del gobierno español interceptaron parte de su correo y se lo entregaron al gobernador de la Torre. Ordenó una investigación y confiscó su correo. El Gobierno creía que la correspondencia servía como propaganda de los ideales bolivarianos y que también serviría para motivar a los puertorriqueños a buscar su independencia.

El gobernador Miguel de la Torre ordenó su arresto bajo el cargo de planear derrocar al gobierno español en Puerto Rico. Barbudo estuvo recluida sin derecho a fianza en el Castillo (Fuerte) de San Cristóbal, ya que la isla no contaba con prisión para mujeres. Entre las pruebas que las autoridades españolas presentaron contra ella se encontraba una carta de Rojas fechada el 1 de octubre de 1824 en la que le decía que los rebeldes venezolanos habían perdido su contacto principal con el movimiento independentista puertorriqueño en la isla danesa de Santo Tomás y por tanto la comunicación secreta que existía entre los rebeldes venezolanos y los líderes del movimiento independentista puertorriqueño estaba en peligro de ser descubierta.

El 22 de octubre de 1824, Barbudo compareció en una audiencia ante un magistrado. El Gobierno presentó como prueba en su contra diversas cartas entre las que se encontraban cinco cartas de Rojas, dos números del diario El Observador Caraqueño; dos ejemplares del periódico El Cometa, y un ejemplar de cada uno de los periódicos El Constitucional Caraqueño y El Colombiano, que simpatizaban con los ideales de Bolívar. Cuando se le preguntó si reconocía la correspondencia, respondió afirmativamente y se negó a responder más preguntas. El gobierno también presentó como prueba varios panfletos de propaganda antimonárquica que se distribuirán por toda la isla. Barbudo fue declarado culpable.

Exilio y fuga a Venezuela
El gobernador de la Torre consultó con el fiscal Francisco Marcos Santaella qué se debía hacer con Barbudo. Santaella sugirió que la exiliaran de Puerto Rico y la enviaran a Cuba. El 23 de octubre de 1824, de la Torre ordenó que Barbudo quedara bajo arresto domiciliario en el Castillo de San Cristóbal bajo la custodia del capitán Pedro de Loyzaga. Al día siguiente, Barbudo escribió al gobernador pidiéndole poder arreglar sus obligaciones económicas y personales antes de exiliarse a Cuba. El Gobernador negó su solicitud y el 28 de octubre fue internada a bordo del buque El Marinero.

En Cuba estuvo recluida en una institución en la que se alojaban mujeres acusadas de diversos delitos. Con la ayuda de facciones revolucionarias, Barbudo escapó y se dirigió a la isla de Saint Thomas. Finalmente llegó a La Guaira en Venezuela donde la conoció su amigo José María Rojas. Fueron a Caracas donde conoció a Bolívar. Barbudo estableció una estrecha relación con los miembros del gabinete de Bolívar, entre los que se encontraba José María Vargas. Posteriormente fue elegido como el cuarto presidente de Venezuela. Trabajó en estrecha colaboración con el gabinete.

Legado y honores
Barbudo nunca se casó ni tuvo hijos y no regresó a Puerto Rico. Murió el 17 de febrero de 1849. Fue enterrada en la Catedral de Caracas junto a Simón Bolívar. El entierro en la catedral era un honor normalmente reservado sólo a la jerarquía eclesiástica y a los muy ricos.

En 1996 se realizó un documental sobre ella titulado Camino sin retorno, el destierro de María de las Mercedes Barbudo. Fue producida y dirigida por Sonia Fritz.

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